«Tuvimos que dejar nuestra casa en A Pobra por el miedo e irnos a un piso de alquiler en Ribeira»

El conflicto que existe en los lugares de Ponte Barbanza y Crocha de Poniente (A Pobra do Caramiñal) entre decenas de residentes y una persona que el vecindario considera única responsable de lo ocurrido vivió ayer otro capítulo al trascender un nuevo testimonio. Se trata de Teresa Figueirido, una afectada que, tras dejar su trabajo en las islas Canarias para regresar a Barbanza y cuidar a su madre, que aseguraba sentirse acosada por este cuestionado residente, está a día de hoy en una delicada situación, tal y como relata ella misma a través de la asociación vecinal que aglutina a los perjudicados. «Tuvimos que dejar nuestra casa en Crocha e irnos a un piso de alquiler en Ribeira por miedo», revela Figueirido, que reside junto a su madre, marido e hijo pagando una renta que se podría ahorrar.

El presidente del colectivo, Cándido Sanisidro, añadía ayer que la situación de esta vecina, y de otros muchos que todavía no han trascendido, evidencia un problema que, a raíz de las publicaciones en prensa, ha reactivado el interés de la Guardia Civil por depurar, si resulta necesario, responsabilidades. Mientras, en el bando contrario, el criticado vecino, a través de su abogado, Luis Fernández, aseguró ayer sentirse sorprendido por los ataques recibidos, a la vez que confesó que, bajo su punto de vista, él es el verdadero damnificado.

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