Roban dos bicicletas y maquinaria que se valoraron en 5.000 euros y aparecen “de forma misteriosa” e
- CHECHU LÓPEZ / DIARIO DE AROUSA
- 18 dic 2016
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Una propiedad inmobiliaria situada en el entorno de la iglesia parroquial de Artes, en el municipio riveirense, fue asaltada entre las nueve de la noche del jueves y las cuatro de la madrugada del viernes, para llevarse dos bicicletas, una desbrozadora con su kit de uso, una rebarbadora, dos cajas de herramientas, un maletín de llaves fijas con carracas y una televisión de 17 pulgadas, valorado en 5.000 euros. Lo que podría convertirse en un robo con fuerza más a sumar a la larga lista de las sustracciones que se vienen registrando en los últimos meses en Riveira, tiene de especial que buena parte de lo sustraído pudo ser recuperado en el entorno de un poblado chabolista en A Conlleira sin que hasta ahora sus moradores fuesen capaces de explicar cómo pudo llegar aquello hasta allí. El dueño de la casa regresó de trabajar sobre las cuatro de la madrugada y se percató de que la puerta corredera del galpón estaba abierta. Aunque se trataba de algo inusual, pues lo cerraban siempre con llave, pero no le dio mayor importancia. En torno a las ocho y cuarto de la mañana un obrero que está realizando unas reformas en el tejado observó ese detalle y se lo comunicó a los dueños. Realizaron una inspección y comprobaron que arrancaron un candado de una verja de la parte posterior de la vivienda, y luego en la nave, donde detectaron que el portalón no presentaba daños apreciables a simple vista, pero en su interior faltaban los objetos reseñados. Por ese motivo, avisaron a su hijo, que denunció los hechos en la comisaría. La inspección ocular efectuada por la unidad científica de la Policía Nacional de Riveira permitió encontrar algunos indicios que llevaron a pensar que la autoría podría tener que ver con algún residente del referido poblado. Por ese motivo, entre el denunciante y un compañero y una patrulla de la comisaría efectuaron unas batidas por la zona a donde le llevaron sus sospechas, mientras que la gente que estaba allí les miraba con cara de “falso asombro”.
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